Nacido en 1810 en Pegalajar, Jaén, y fallecido el 27 de junio de 1878. Era hijo de don Antonio Valenzuela y doña Feliciana Cabanillas. Fue presbítero y Prior de San Miguel y San Bartolomé, de Andujar (1850); párroco de Santa Cruz, de Pegalajar (1828-1878); canónigo de la Iglesia Catedral de Jaén, con una congrua anual de 1.750 pesetas (1872-73); administrador general de los bienes del clero de la Provincia, al estar ambos cargos retribuidos por el Estado, conllevó que sus paisanos hacendados se quejaran airadamente, y más concretamente los hermanos don Francisco Javier y don Carlos Vilches Marín (hijos del Registrador de la Propiedad), aduciendo la incompatibilidad manifiesta; por tal motivo le aplicaron un remoquete que decía "el que del altar come, al altar ha de servir". La reclamación no prosperó y fue expresamente denegada por el gobernador del obispado de Jaén, don Lorenzo Fernández Cortina (1854), no obstante, se ausentó temporalmente de su pueblo natal hasta que los ánimo se calmaron, regresando de nuevo (1866). Suscritor mensual para aliviar las necesidades de Su Santidad (1866). Fiscal del Tribunal Eclesiástico (1866). Con domicilio en Pegalajar, c/Llana s/n.
Fuente: Historia del Ilustre Colegio de Abogados de Jaén. Autor Miguel Moreno Jara. Pág. 122
Por otra parte en un trabajo sobre la familia Cabanillas en Pegalajar se nombran con los mismos apellidos al alcalde Fernando Valenzuela Cabanillas (1845), al sacerdote Pedro Valenzuela Cabanillas (cuya firma aparece en los libros sacramentales entre 1820 y 1830) y al propio Gaspar Antonio
También se nombra a José María Cabanillas Valenzuela, presbítero que ejerce en la villa al menos desde mayo de 1841. En 1876 contaba con setenta años de edad y falleció el 23 de abril de 1879.
En un apéndice de matrimonios entre 1600 y 1900 en que alguno de los cónyuges es Cabanillas se cita a los siguientes Valenzuela: