En el 2008 apareció la siguiente noticia tanto en el diario Información, de Alicante, como en El Mercantíl Valenciano. En ella se habla de su experiencia durante la Guerra Civil. Reproduzco el artículo a continuación con algunos links incorporados:
Vivir por segunda vez
Andrés García logró sobrevivir a un piquete de fusilamiento durante la Guerra Civil española
V. Z. M. Andrés García Valenzuela es de las pocas personas que pueden presumir de haber nacido dos veces. La primera, en 1914 en el municipio murciano de Totana. La segunda fue, con 23 años recién cumplidos, en la víspera de la festividad de Santiago, en 1937, cuando escapó con vida de un pelotón de fusilamiento en tierras extremeñas, donde 50 de sus compañeros no corrieron la misma suerte y murieron frente al piquete que les ejecutó en la cuneta de la carretera que conduce de Campanario a Castuera, en la provincia de Badajoz, cuando apenas contaba 23 años de edad, en plena Guerra Civil española.
Desde entonces Andrés goza de una segunda oportunidad, y desde hace casi dos años reside en Alfaz del Pi.
Su vida es propia de una novela, y su propia familia le dio por muerto, cuando un vecino de Totana se presentó con una foto suya, afirmando que había visto su cuerpo descompuesto, aunque por esta circunstancia no lo pudo reconocer. Andrés se presentó en su casa de Totana cuando la familia estaba recibiendo el pésame de sus convecinos.
Cuando estalló la Guerra Civil, él cumplía su servicio militar en Barcelona, alejado de las armas. Su oficio como militar estaba entre los fogones, como cocinero, y desde allí le enviaron, en las filas de ejército republicano a Extremadura, en la comarca de Don Benito. Sus recuerdos se agolpan y se confunden en su mente, aunque el día de su fusilamiento lo mantiene grabado a fuego.
"Salíamos una columna de militares republicanos desde el municipio de Campanario, donde habíamos mantenido varias baterías de artillería. Cerca de Castuera nos topamos con otra columna del ejército nacional que avanzaba por la carretera. Nos hicieron prisioneros. Al principio un alférez nos dijo que no temiéramos, que no pasaría nada. Se presentó un capitán y ordenó nuestro fusilamiento inmediato. Todos pasamos por un piquete con una decena de soldados. Cuando dispararon yo me eche al suelo". Andrés sufrió dos disparos, en el tobillo y en la rodilla, y fue trasladado a un hospital de Bilbao, donde estuvo seis meses ingresado mientras curaban sus heridas. Se incorporó a una brigada del ejército nacional que reparaba carretera y el final de la guerra le pilló trabajando en la vía de ferrocarril de Zaragoza a Tortosa.
Regresó a su pueblo natal, Totana, donde trabajó de molinero y luego como técnico de radio. Se casó y formó una familia. Su segunda vida le permitió, entre otras cosas, ser el padre de la conocida actriz, Barbara Rey.
Fuente: Información y Levante-emv
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