jueves, 31 de julio de 2014

Pedro de Valenzuela, bandolero

Famoso bandolero del siglo XVII procedente de Pegalajar, en Jaén.

Los datos que aparecen a continuación pertenecen al artículo de Juan Antonio López Cordero, de título "Rebeldes en el Jaén del siglo XVII: Juan López de Mendoza y Pedro de Valenzuela". He ido acortando algunas partes para centrar el texto en la figura de Pedro de Valenzuela. El texto íntegro, original, puede leerse aquí.

0. Introducción.

Juan López de Mendoza y Pedro de Valenzuela fueron dos capitanes de bandoleros, uno perteneciente a la nobleza de la ciudad de Jaén y otro vecino de la villa de Pegalajar, cuyos destinos se unieron en la revuelta de octubre de 1662 en Pegalajar, que acabaron con la muerte del corregidor de Jaén Antonio de las Infantas y Córdoba y varios acompañantes. Las causas de tales hechos fueron diversas. Las más inmediatas estuvieron relacionadas por parte de Juan López de Mendoza con disputas nobiliarias con el corregidor Antonio de las Infantas y Córdoba; mientras que por parte de Pedro de Valenzuela fue la grave presión fiscal de la Corona sobre una población muy castigada.


[...]

2. Pedro de Valenzuela.

Pedro de Valenzuela Calderón o Pedro de Valenzuela Gámez, según tomase el segundo apellido del padre o de la madre, para el juez comisionado Alonso de Sarmiento intervino junto con Juan López de Mendoza y otros hombres en la emboscada a la columna dirigida por el Corregidor de Jaén Antonio de las Infantas cuando se dirigía a Pegalajar para encarcelar a los responsables de la rebelión que se produjo en la población, tras haber provocado malos tratos y amenazar de muerte a los recaudadores de servicios o impuestos de la Corona enviados por el Corregidor. Por entonces, año 1662, tenía treinta y dos años de edad. Nació el 7 de julio de 1630 en Pegalajar y fue bautizado el 14 de julio del mismo mes y año, era hijo de Sebastián Valenzuela Calderón y Doña Leonor de Gámez. Tras el asesinato del Corregidor formó una partida de bandoleros que estuvo activa durante trece años.

De profesión labrador, tenía el oficio de alguacil perpetuo de la villa de Pegalajar. Casó con Catalina de Mírez Fajardo y tuvieron como hijos a María, Juan y Pedro Manuel Valenzuela. Su propiedad, según los bienes secuestrados por el juez en diciembre de 1662, consistía cómo único propietario en:

- una haça en el sitio de Baldelascuevas que fue de pedro cardenas balenzuela y de Juana de gamez su muxer linde con un nogueral  y ygueral que fue de salvador de cardenas y ana gutierrez y linde con Pedro garcia y zamorano y el Patronato de Santiago que tiene veinte y quatro ygueras chicas y grandes veinte granados y tres nogueras y çinco olivas y la tierra calma cave dos fanegas de sienbra y esta de eriazo que todo vale doscientos y cinquenta ducados y las olivas no tienen fruto...

- una aza de tierra calma en el sitio de Baldelascuevas que fue de Pedro de Cardenas Balenzuela y de Juana de gamez su muxer linde con un nogeral y higueral que fue de salbador de cardenas y Ana Gutierrez linde con Pedro Garcia zamorano y el patronato del señor santiago y otros linderos apreciados en quatrocientos ducados.

Como copropietario junto a sus hermanos Sebastián y Juan disponía de parte la herencia de Leonor Ana de Bustamante:

- una heredad de árboles frutales y tierra calma en el sitio de valhermoso termino desta villa linde con olivar de juan fernandez de aranda pedro de morales que tiene dos olivas pequeñas an esquilmo seis ygueras pequeñas y tres grandes la tierra calma de cavida de una fanega de senbradura y esta de eriazo vale treinta ducados

- la mitad de una viña que solia ser de alonso moreno el viexo en el sitio del arroyo que alinda con el dicho arroyo y el camino real de granada que tiene tres cientas y sesenta zepas toda la dicha viña y la mitad della perteneze al dicho juan de balenzuela que son ziento y ochenta zepas que esta vale y la tierra treinta ducados por ser biexa y de poco llevar.

Se ordenó la captura de los hermanos de Pedro de Valenzuela, Sebastián y Juan. Aunque no participaron en el asesinato del corregidor, sus bienes también fueron secuestrados por el juez.

*Sebastián de Valenzuela Calderón casó con Ana de las Vacas en 1653, enviudó y casó en segundas nupcias con Juan Delgado en 1657 (A.M.P. Libro de Desposorios 23-3-1653 y 16-12-1657). Sebastián de Valenzuela huyó tras el asesinato del Corregidor Antonio de las Infantas, no sabemos si se incorporó a la cuadrilla bandolera de su hermano. Fue condenado en ausencia a ocho años de galeras.

*Juan de Valenzuela fue condenado a destierro por cuatro años, pasados los cuales casó en Pegalajar con María Cobo en 1668 (A.M.P. Libro de Desposorios 1-6-1668).

Tras la muerte del corregidor [...] intensas pesquisas llevaron al encarcelamiento y persecución de decenas de personas de diferentes poblaciones, que consideraba estaban involucradas por acción u omisión en los hechos [...] más adelante se enviaron a la cárcel más individuos como [...] y Pedro de Valenzuela Bailén, teniente de regidor, vecinos de Pegalajar. [...]

De los individuos implicados que no habían ingresado en la cárcel y se buscaban, los había porque en ese momento no estaban en sus vecindades o habían huido por miedo a ser involucrados [...] En cambio, Pedro de Morales y Asensio de Valenzuela, también vecinos de Pegalajar, se ausentaron sin que sus mujeres supiera su paradero, aunque no tuviesen nada que ver, como el caso de Asensio de Valenzuela, que finalmente se entregó.

Por las investigaciones realizadas por el juez comisionado don Alonso Sarmiento se consideraron culpables directos de la emboscada en la que mataron al corregidor Antonio de las Infantas y a los guardas Antonio Galisteo y Agustín de Herrera, e hirieron al guarda Juan Calderón a don Juan López de Mendoza, vecino de Jaén; los vecinos de Pegalajar Pedro de Valenzuela, Antonio Vacas Valenzuela, [...] se les condenó a la horca y a degüello a Juan López de Mendoza, cuando los capturaran. Además de la pérdida de todos sus bienes.

7. La partida de Pedro de Valenzuela.

Pedro de Valenzuela, vecino de Pegalajar, casado y con hijos, estuvo involucrado en el movimiento vecinal de rechazo a las exacciones tributarias de la Corona y sus representantes, y posteriormente en el asesinato en emboscada del corregidor de Jaén y dos de sus guardas. Tuvo que huir con el resto de los implicados para no ser objeto de un escarmiento ejemplar por parte de la justicia real. Formó una partida de bandoleros, cuyo ámbito de actuación tenía como centro la Sierra de Mágina y se ampliaba a las comarcas de las sierras de Cazorla, Segura y La Sagra. Desde 1662 a 1675 la partida se mantuvo numerosa y activa. No se entiende un período tan largo de actividad bandolera sin un apoyo de parte de la población, pues esta partida era un símbolo de rebelión popular ante las fuertes exacciones tributarias de una corona en crisis, que recaían especialmente sobre las clases trabajadoras.

En Julio de 1674 la partida de Pedro de Valenzuela se encontraba en Pegalajar. De ello tuvo noticia el Corregidor de Jaén Diego Jiménez Lobatón y envió a prenderlos un grupo numeroso de guardas de la ronda de salinas capitaneado por su alguacil mayor Diego Pretel. La partida de Pedro de Valenzuela tuvo el día 25 de julio con ellos un fuerte enfrentamiento, en cuya refriega hubo heridos y muertos de alcabuzazos en ambas partes. Tras la derrota de sus hombres, el Corregidor de Jaén se vio en la necesidad de partir hacia Pegalajar acompañado de Diego López Terrente, su alcalde mayor, y numerosa gente, además de los guardas de millones. Mientras tanto, ordenó al teniente de corregidor Diego de Viedma que reuniese a los caballeros veinticuatro del cabildo municipal, jurados, caballeros particulares y demás nobleza que acudiesen a reunirse con él a la villa de Mancha Real para combatir a Pedro de Valenzuela en la villa de Pegalajar. Fue otro intento vano de captura. La Hacienda Real llevaba gastados más de 60.000 ducados en la infructuosa persecución de la partida.

Al año siguiente, 1675, trece años después de “echarse al monte” y ser perseguido por la justicia real, Pedro de Valenzuela probablemente estaba enfermo, pues moriría de causa natural al poco tiempo. Quizás fuera ello lo que le movió a aprovechar la visita que hizo el cardenal Pascual de Aragón este año como primado de la archidiócesis de Toledo por tierras del Adelantamiento de Cazorla, dependiente de dicha archidiócesis, para pedirle amparo. Esta visita fue un gran acontecimiento para los habitantes de la zona. La fama del Cardenal, con grandes influencias en la Corte, llevó a Pedro de Valenzuela y sus hombres a pedirle protección y ponerse bajo el amparo de la jurisdicción eclesiástica.

Cuando el Cardenal volvía a Cazorla por tierras de Granada en el mes de julio de 1675, al pasar por Puebla de don Fadrique le entregaron una carta escrita por Pedro de Valenzuela. El Cardenal le contestó mediante otra misiva mandándole cuarenta doblones y el recado de que acudiera a verle. Se encontraron entre los Baños de Zújar y Pozo Alcón. El Cardenal bajó de su litera para recibirles y Pedro de Valenzuela y sus doce hombres bajaron de sus caballos y se acercaron descubiertos a besarle la mano. El Cardenal les pidió que les acompañara a Pozo Alcón para hablar despacio en esta población. Tras cuatro horas de conversación, el Cardenal se comprometió a pedir el perdón a cambio de que se entregaran bajo la protección eclesiástica. Aceptaron el compromiso y luego pasaron a Cazorla acompañando el final de la comitiva. Allí Pedro de Valenzuela se hospedó en la casa del capellán del Cardenal el licenciado Juan Baca, y el resto de la partida en el castillo para protección de una posible venganza.

El Cardenal escribió al Conde de Villaumbrosa, Presidente del Consejo de Castilla, a don Carlos de Villamayor, Presidente de la Real Chancillería de Granada y a don Luis del Hoyo y Alvarado, también de la Chancillería, que estaba en Baeza practicando diligencias contra los bandoleros. Mientras llegaba el indulto fueron ubicados en el monasterio de Basilios de Santa Cruz de Villanueva del Arzobispo. Allí, Pedro de Valenzuela confesó ser autor de más de setenta muertes, sin contar los otros muchos de su gente. Al poco de estar allí enfermó gravemente y murió antes que llegara el indulto. El Cardenal mandó que se le enterrara con la mayor solemnidad, celebrando en su memoria muchas misas, funeral y públicas honras. Pedro de Valenzuela dejó mujer e hijos en Pegalajar, en la mayor pobreza, a la que el Cardenal escribió alentándola. Finalmente llegó el indulto a cambio de que Pedro de Valenzuela, ya muerto, sirviera ocho años como soldado en la plaza de Orán y los demás sin tiempo fijo en la guerra de Cataluña. El Cardenal  les ayudó para el viaje de Cataluña, “y pasando algunos de ellos por Toledo, se hospedaron en palacio y siguió favoreciéndolos en el resto de su vida”.

Sobre Pedro de Valenzuela ver también: ORTEGA, I. “El Hermano Pascual”. Anuario del Adelantamiento de Cazorla, 1957, núm. 6, p. 17-18; LÓPEZ PÉREZ, Manuel. “El bandolerismo en la provincia de Jaén. Aproximación para su estudio”. Boletín del Instituto de Estudios Gienenses, núm. 121, p. 35; CORONAS TEJADA, Luis. Jaén, siglo XVII. Instituto de Estudios Giennenses, Jaén, 1994, p. 423-424; y TORRES JIMÉNEZ, Juan Carlos. El bandolerismo en el Reino de Jaén. Fundación para el Desarrollo de los Pueblos de la Ruta del Tempranillo. Lucena, 2006, p. 90-97.

Fuente: Rebeldes en el Jaén del siglo XVII: Juan López de Mendoza y Pedro de Valenzuela. (En Senda de los Huertos, núm. 69-70. Jaén: Asociación de Amigos de San Antón, 2010, p.65-85). Autor: Juan Antonio López Cordero

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